¿Quién no conoce los cuentos de hadas? Todos hemos crecido con ellos. Por eso, me parecia interesante contar brevemente cuál ha sido su historia y cómo han ido evolucionando.
Porque los cuentos, iniciados con la cultura oral de los pueblos alrededor del mundo, se fueron cambiando y adaptando a los intereses de quienes los escribían conforme se dejaban por escrito. Por ello, no comparto la preocupación de quiénes defienden la pureza de los cuentos de hadas y rechazan las versiones que se hacen de ellos actualmente. Algunas son humorísticas; otras, tratan de pulir los valores que transmiten (como la igualdad, el respeto o la cooperación) e incluso se han puesto de moda las versiones oscuras para los más adultos. Pero volveremos a esto más adelante.
Orígenes de los cuentos de hadas
Como decía en la introducción del artículo, los cuentos de hadas encuentran su origen en la tradición oral. De hecho, aunque se ha tratado de rastrear, resulta realmente difícil conocer el páis del que proceden, puesto que se encuentran elementos comunes de la Cenicienta en China, India e incluso, las poblaciones nativas norteamericanas. De esta forma, podemos decir que los cuentos de hadas tal vez surgieron con la propia capacidad y necesidad humana de contar historias. Sería uno de los géneros literarios más antiguos, junto a las epopeyas y las leyendas.
Sin embargo, podemos hablar de las primeras referencias escritas que encontramos. Las primeras de ellas son del Antiguo Egipto, donde tenemos cuentos como La historia de los dos hermanos. También en la Antiguo Roma con El asno de Oro de Apuleyo. De época similar data el Pachatantra, en los siglo VI-II a.C. en la India. Otra de las referencias escritas más antiguas es la obra de Las mil y una noches, que aparecieron en el mundo árabe y llegaron a Europa a final de la Edad Media.
Los cuentos de hadas en el siglo XVII
Cuentos y mujeres en el siglo XVII
No obstante, no fue hasta el siglo XVII cuando Madame Le Jumelle, Baronesa d’Aulnoy da nombre al género refiriéndose a ellos como Les Contes de Fees. No eran cuentos para niños y las protagonistas solían ser mujeres activas. Hubo otras autora de cuentos, ya que en la Francia del siglo XVII varias mujeres recopilaron los cuentos tradicionales para dejarlos por escrito. Estas son algunas de ellas:
- Marie- Jeanee Lheriter de Villandon.
- Charlotte- Rose de la Force.
- Jeanne- Marie Le- Prince de Beaumont.
Es bastante probable que no hayas oído hablar de ellas, pues al fin y al cabo se trata de autoras femeninas en tiempos en los que no era habitual dar reconocimiento público a las mujeres.
Las fábulas de La Fontaine
Estoy segura de que en cambio, conocerás alguna de las más de doscientas fábulas que escribió Jean de la Fontaine. Junto a Las fábulas de La Fontaine su obra más conocida fueron los Cuentos y relatos en verso.
Los cuentos de Perrault
Dentro de los autores del siglo XVII quizás el más conocido es Perrault. No en vano fue el autor de cuentos tan conocidos como El gato con botas, La Bella Durmiente, Caperucita Roja, Barba Azul, Cenicienta y Pulgarcito.
Los cuentos de los hermanos Grimm
Ya en el siglo XIX Jacob y Wilhem Grimm, conocidos como los hermanos Grimm hicieron famosos sus cuentos de hadas. En 1870 eran parte obligatoria del currículum alemán y también en otras escuelas del mundo. Los hermanos Grimm, recopilaron cuentos tradicionales dentro del movimiento del nacionalismo con intención de dotar de cultura popular al pueblo alemán. No obstante, si sus cuentos han triunfado se debe a que son historias universales, no típicas alemanas. De esta forma, no lograr su objetivo fue su mayor éxito.
Sus cuentos más conocidos son: Hansel y Gretel, La Cenicienta, La Bella Durmiente y Rapunzel.
Los hermanos Grimm expurgaron y censuraron sus cuentos para adaptarlos a las costumbres de la época. Por ejemplo, quitaron una escena en la que la Bella Durmiente mantiene relaciones sexuales con el Príncipe y redujeron la violencia del lobo feroz. Con ello, consiguieron adaptarlo a las demandas de lo que los padres consideraban adecuado para los niños. Es aquí cuando definitivamente nace el vínculo de los cuentos de hadas como literatura para niños.
Como hemos señalado más arriba, los cuentos han sufrido modificaciones desde siempre, así que referirse al cuento original, es como buscar la receta original de la tortilla de patatas: imposible.
Más cuentos de hadas: el siglo XIX
Andersen y Collodi
En épocas más recientes también se han escrito cuentos de hadas que consideramos cuentos tradicionales. Algunos ejemplos son Las aventuras de Pinocho, de Carlo Collodi.
Los cuentos de Hans Christian Andersen más conocidos son El Patito Feo, La Sirenita y la Reina de las Nieves. La Cerillera y El traje nuevo del Emperador también son muy conocidos.
Los cuentos británicos del siglo XIX
Algo más moderno dentro del género del cuento podemos mencionar a Lewis Carrol con sus dos obras: Alicia en el país de las Maravillas y Alicia a través del espejo, así como a J, M. Barrie, autor de Peter Pan. Dentro de la literatura británica, también es destacable la figura de la autora Beatrix Potter, autora e ilustradora de El cuento de Peter Rabbit y otras fábulas de la literatura infantil.
El amor por este tipo de literatura en el mundo británico fue tal, que es aquí donde surgía la primera librería infantil del mundo. Se localizaba en Londres, cerca de la Catedral de San Pablo y contenía además de cuentos de hadas, versiones abreviadas de historias de aventuras como Robinson Crusoe y Los Viajes de Gulliver.
Los cuentos americanos
Cabe resaltar el primer cuento con personajes y lugares típicos de Estados Unidos, que es El Maravilloso mundo del Mago de Oz. De él se han hecho muchas versiones, incluida la fantástica película protagonizada por Judy Garland en 1939.
Más tarde llegó la factoría Disney y volvió a adaptar los cuentos de hadas existentes para adaptarlos a los gustos americanos de la época. Así, además de suavizar las situaciones más violentas, ridiculizó ligeramente a las monarquías europeas, con eso reyes y reinas tontos y malos y ensalzó a los héroes y heroínas protagonistas.
Conclusión
Como ves, los cuentos han cambiado y evolucionado constantemente desde la antigüedad hasta nuestros días. Creo que es interesante saber de dónde vienen y cómo se han ido transformando a lo largo del tiempo. Para mí, es importante fomentar la lectura de estos cuentos de hadas, ya que forman parte de la cultura popular y así lo debemos transmitir a nuestros niños. del mismo modo, no veo el inconveniente en adaptarlos, incluso mientras los leemos para no herir los sentimientos de mentes tan impresionables como son los niños pequeños. Conforme vayan adquiriendo años, podrán entender mejor versiones menos «edulcoradas», pero no creo que haya que tener prisa.
Si eres lector/a habitual del blog sabrás, que además, prefiero los cuentos en los que no interviene la fantasía para los niños que están en la etapa de la mente absorbente, es decir, cuentos montessori, pero eso no significa que crea que haya que censurar estos libros. ¡Ni mucho menos!
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