Cosas que dejé de comprar desde que soy minimalista

Cosas que dejé de comprar representadas con una mujer rodeadas de plásticos y cartel de denuncia ecológica.

Comprar, comprar y comprar. Parece que el mundo se mueve en torno a gastar dinero. Todo lo que nos rodea nos incita a consumir, ¿pero es necesario tanto? Yo hace años decidí que no, que menos es más y por ello, hay cosas que dejé de comprar hace mucho tiempo.

Por qué dejé de comprar cosas

Hace años decidí sumarme a un estilo de vida minimalista. Desde que el minimalismo llegó a mi vida, no es que me haya deshecho de todas mis posesiones (solo de aquellas que no me aportaban valor), pero sobre todo, lo que cuido mucho es lo que entra en mi casa. Esto tiene muchos beneficios:

  • Gastas menos dinero, por lo que ahorras.
  • Tienes menos objetos que ordenar y limpiar, por lo que ganas tiempo.
  • Dispones de más espacio.
  • Ayudas al medio ambiente, al reducir el consumo.

Ya lo dice Héctor, el arquitecto que diseña la comunidad de covivienda de mi novela El corazón del Ágora Verde:

«Mi lema es que hay que elegir: espacio para trastos o espacio para vivir. Hay que reducir el consumo de elementos prescindibles, que son la mayoría».

El corazón del Ágora Verde, Mavi Pastor.
EL corazón del Ágora Verde es una novela feelgood romántica y contemporánea de trama social de Mavi Pastor.

Cosas que dejé de comprar desde que soy minimalista

Ahora que ya conoces todas mis razones, te voy a indicar todas aquellas cosas que dejé de comprar desde que soy minimalista. Algunas, simplemente las he reemplazado por otras que permiten más usos (por ejemplo, todos los productos desechables), pero otras es que ni siquiera las echo en falta.

Por qué dejé de comprar joyería o bisutería

En primer lugar, nunca fui una persona amante de las joyas. Si este es tu caso y te hace sentir bien, no cambies ese hábito solo por mi opinión. De hecho, durante años, hacer pulseras y pendientes artesanales era una de mis aficiones creativas favoritas. Sin embargo, siempre aposté por un look más natural, menos artificioso o rebuscado por lo que me daba cuenta de que mis joyas y bisutería siempre se quedaba en un cajón. Actualmente uso algunos en ocasiones especiales. Sin embargo, no hace falta comprar uno nuevo cada vez: los pendientes, collares o pulseras (los anillos nunca me gustaron y ni siquiera tengo uno de casada) duran muchos años.

Por qué dejé de comprar servilletas de papel

Cuando era niña, en casa de mis padres vivíamos cinco personas y era habitual usar servilletas de tela. No recuerdo en qué momento, siendo ya adolescente cambiamos a las servilletas de papel y se instauró como un hábito. Cada desayuno, cada comida y cada cena, gastábamos una servilleta cada uno (como mínimo) al poner la mesa. Hace algunos años, con una familia propia de tres miembros se repetía el ritual. De esta forma, cada semana gastábamos un paquete entero de servilletas de papel.

Llegó un momento en que reflexioné (y te invito a ti a hacerlo) en la cantidad de basura que generaba con ello, la cantidad de celulosa que se necesitaba (pobres árboles) y el derroche tan tonto.

Volvimos a usar servilletas de tela, con servilleteros que identificaban a quién pertenecía cada una, y de esa forma, las reutilizamos varios días. Por supuesto, alguien dirá que lavarlas también gasta agua, pero te aseguro que meter tres servilletas en una lavadora no va a aumentar significativamente el número de coladas en ninguna casa.

Por qué dejé de comprar tendencias de moda

¿Te pasa que das vueltas y vueltas en las tiendas y no encuentras nada para ti? Eso me ha pasado a mí, y entonces me di cuenta de que me he hecho mayor. Cuando era joven compraba lo que estaba de moda: pantalones de campana, pitillos, hombreras, mangas abullonadas, el color de la temporada, etc.

minimalismo y montessori en una armario cápsula infantil

¿Y qué sucede con esa ropa? Que las grandes marcas de diseño de moda se aseguran de que al año siguiente no se lleve y estés totalmente desfasada. Además, con los años, aprendí a reconocer lo que me sienta bien y lo que no, por lo que busco ese tipo de productos. De esa forma, también me aseguro que no compro algo solo porque me gusta, sino porque lo necesito.

Si quieres crear un armario minimalista, te dejo estos vídeos que a mí me ayudaron mucho. Y si quieres que te cuente de primera mano cómo lo hice yo, dímelo en los comentarios.

Dejé de comprar objetos que ya tengo

Esto va a parece de Perogrullo, pero ¿te ha pasado que ves alguna cosa que te parece bonita o útil y la compras, sin pensar? ¿Te has dado cuenta al llegar a casa que tenías otra igual o parecida que servía para lo mismo?

Pues eso, bienvenida al club. Aquí te digo qué hago yo para evitar esta situación.

  • Si veo un objeto que quiero comprar, me pregunto si lo tengo en casa y si realmente lo necesito. Si no recuerdo la respuesta, lo apunto. Al llegar a casa compruebo y decido si comprarlo.
  • Cuando estoy en casa, a veces me doy cuenta de que necesito algo. Lo apunto y cuando tengo varios objetos en esa lista, voy a comprarlo de forma meditada. Así evito comprar por impulsos.

Ya no compro agua embotellada

Hará más de una década que no compro agua embotellada. No he muerto intoxicada y he vivido en dos países con características muy diferentes (eso sí, del primer mundo y con agua potable). Soy una persona que bebe mucha agua a lo largo del día por lo que comprar agua embotellada me resultaba muy engorroso:

  • Sie ra domingo y festivo y no había calculado bien, había que salir corriendo a buscar una tienda 24 horas.
  • Había que cargar mucho peso en la compra semanal.
  • El agua se llevada un buen pellizo del presupuesto en el supermercado.
  • Gastaba una cantidad enorme de envases de plástico.

¿Cómo lo solucioné? Compré una jarra de agua filtrada. No diré marcas porque no me patrocinan, pero ya te digo que llevo muchos años usándolas. Con ella, la relleno directamente del grifo y en unos segundos está lista para verter en mi vaso. También hago mis propias bebidas caseras saludables (ver foto).

Además, me he hecho con varias botellas reutilizables de vidrio para no comprar botellas pequeñas de plástico. Así puedo llevar mi agua conmigo a donde vaya.

Agua de pepino y limón para niños

Como digo, remarco que hay una excepción: ten cuidado si haces viajes al extranjero en los que no tengas garantizada la seguridad del agua potable.

No compres más bolsas de plástico

Si hay un cambio que es sencillo de hacer es este: dejar de comprar bolsas de plástico. Tiene dos soluciones muy sencillas: llevar tus bolsas de tela o las bolsas reutilizables. En muchos casos, además, ni siquiera necesitas bolsa. Puedes meter lo que has comprado en una mochila, en tu bolso o directamente llevarlo en la mano.

Cápsulas de café

Me encanta un café bien hecho. No hay duda de que las nuevas cafeteras de cápsulas los hacen deliciosos y eso es algo a lo que un buen amante del café no está dispuesto a renunciar. y yo no te voy a pedir que lo hagas.

«El olor a café era como el del hogar. Me recordaba a mi madre, que cada mañana ponía su vieja cafetera de aluminio sobre el fuego mientras metía pan en el tostador.»

Amor tras los cuarenta, de Mavi Pastor
Amor tras los cuarenta, novela romántica feelgood escrita por Mavi Pastor. Libro plantado sobre fondo blanco.

Poca gente sabe que existen cápsulas de café reutilizables. solo tienes que buscar el modelo que encaje con tu cafetera y podrás rellenarlas de tu café en polvo favorito. Luego puedes añadir la leche o bebida vegetal (soja, avena, avellana, etc. ) que más te guste para hacer tu café a la medida.

Conclusión

Tal vez ya hayas empezado el cambio hacia un estilo de vida más sostenible y hayas introducido estos cambios en tu modelo de consumo, pero si no es así, aún estás a tiempo de hacerlo. No hace falta que te agobies ni los hagas todos de golpe, pero tal vez quieras empezar con algunos de ellos.

¿Cuál de ellos ya aplicas? ¿Qué otras cosas has dejado de comprar? ¿Qué me aconsejas que deje de comprar yo también y cómo puedo hacerlo?

Déjame tu opinión, dudas y sugerencias en los comentarios.

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Gracias por leerme.

Fotos de Cabecera de Thirdman en Pexels . El resto son de Mavi Pastor.

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