Parece que los niños no juegan, o al menos, no tanto como antes y no hasta la misma edad. El cierre masivo de jugueterías es una prueba. ¿Por qué sucede esto? ¿Qué ha pasado? Sin duda, es el reflejo de un gran cambio social y me gustaría analizar las causas y las consecuencias.
¿Por qué los niños no juegan?
En realidad, esta pregunta es discutibles. Por supuesto, los niños juegan, solo que juegan menos. La edad de juego se ha reducido considerablemente. Si bien antes los niños y niñas jugaban con juguetes hasta los once o doce años, ahora mismo la edad de juego con juguetes se ha acortado en torno a los ocho o nueve años.
Como ves, me estoy refiriendo a «jugar con juguetes» para diferenciarlo de otras formas de jugar como:
- Jugar al aire libre
- Partidas a diferentes juegos de mesa
- Acceso a pantallas
Mientras que las dos primeras son estupendas opciones, la tercera, deja mucho que desear y, en cambio, es la que más peso tiene en que los niños jueguen menos.
Razones por las que los niños no juegan
Estas razones reflejan una combinación de factores tecnológicos, sociales, familiares y ambientales que han cambiado la manera en que los niños juegan hoy en día.
Aumento del tiempo en pantallas:
- Videojuegos: La popularidad de los videojuegos ha crecido enormemente, y muchos niños prefieren jugar en consolas o computadoras.
- Dispositivos móviles: Teléfonos inteligentes y tabletas proporcionan acceso fácil a juegos y entretenimiento digital.
- El modelo de los padres, que a su vez, también pasan tiempo con sus pantallas tiene un fuerte impacto en los niños y niñas.
Mayor carga académica y actividades extracurriculares:
- Tareas y estudios: Los niños tienen más deberes escolares y presión académica, aunque en muchos casos esto está cambiando. Ya son muchas las escuelas que no ponen tareas para casa en los primeros cursos de primaria, lo cual ayuda a que los niños tengan más tiempo para jugar.
- Clases extraescolares: música, deporte, inglés, etc., ocupan gran parte de su tiempo libre. La mayoría de los niños tiene cuatro tardes a la semana ocupadas con extraescolares. Esto en gran medida también se debe a las necesidades de conciliación familiar. Sus horarios están estructurados y organizados. Al final del día, apenas tienen energía para nada más.
Cambio en los estilos de vida familiares:
- Familias más pequeñas: Con menos hermanos, hay menos compañeros de juego inmediatos.
- Tiempo de calidad en familia: Las familias a veces, priorizan actividades organizadas y supervisadas con sus hijos. Eso explica el auge de los talleres familiares, en los que participan de forma conjunta padres e hijos. También podríamos encajar aquí el teatro infantil, el cine para niños, etc. Son planes habituales para las familias durante los fines de semana, que restan tiempo de juego libre.
- Expectativas de comportamiento: Hay una tendencia a esperar que los niños sean más disciplinados y menos ruidosos. Jugar con juguetes no siempre es la actividad más silenciosa (por ejemplo, tirar coches por una rampa de cartón), pero sí muy creativa.
Consecuencias de que los niños no jueguen
Como hemos visto, son muchos los factores por los que los niños no juegan, o dejan de jugar antes de lo que lo hacían antes. Esto tiene una serie de consecuencias importantes, que vamos a ver.
A continuación, te enumero las consecuencias del aumento del tiempo frente a las pantallas y la dependencia del entretenimiento digital, así como del hecho de que cada vez jueguen menos con juguetes.
- Desarrollo Cognitivo y Atención:
- Déficit de atención: El uso excesivo de dispositivos electrónicos contribuye a problemas de atención, ya que los niños se acostumbran a la estimulación constante y rápida de las pantallas. Esto dificulta la capacidad de concentrarse en tareas que requieren más tiempo y paciencia.
- Problemas de memoria: La exposición prolongada a pantallas puede afectar la memoria a corto y largo plazo, ya que los niños no están participando en actividades que estimulan activamente su cerebro, como resolver rompecabezas o construir con bloques.
- Impacto en la Salud Física:
- Sedentarismo y obesidad: El tiempo prolongado frente a pantallas reduce la actividad física, lo que contribuye al sedentarismo y a problemas de obesidad, que se suman a las deficiencias de la dieta que sigue la mayoría de la sociedad en el siglo XXI.
- Problemas de visión: La exposición continua a la luz azul de las pantallas puede causar fatiga visual y, a largo plazo, puede contribuir a problemas de visión.
- Trastornos del sueño: El uso de pantallas antes de acostarse puede interferir con los patrones de sueño, causando insomnio y problemas de calidad del sueño.
- Estrés y ansiedad: El contenido de los medios digitales y la exposición a redes sociales pueden aumentar los niveles de estrés y ansiedad en los niños.
- Desarrollo Social y Emocional:
- Aislamiento social: El uso de pantallas también lleva a un menor tiempo de interacción cara a cara con familiares y amigos. Esto afecta al desarrollo de habilidades sociales y a la capacidad de formar relaciones significativas.
- Empatía y habilidades emocionales: Las interacciones virtuales no reemplazan la riqueza de las interacciones cara a cara, lo que limita el desarrollo de la empatía. También se ve mermad la capacidad de entender y gestionar las emociones propias o ajenas.
- Adicción a las pantallas: La exposición prolongada a dispositivos electrónicos puede llevar a una dependencia de las pantallas para el entretenimiento, dificultando que los niños disfruten de otras formas de juego y aprendizaje.
- Reducción de la creatividad: Los juguetes fomentan la imaginación y el juego creativo, mientras que el entretenimiento digital tiende a ser más pasivo y menos desafiante para la creatividad.
- Menor capacidad de juego simbólico: El juego con juguetes permite a los niños representar diferentes roles y escenarios, algo que se pierde con el uso excesivo de medios digitales.
- Desarrollo motor limitado: Los juguetes físicos ayudan a desarrollar habilidades motoras finas y gruesas. Sin ellos, los niños pueden experimentar un retraso en estas áreas, ya que el uso de pantallas no proporciona el mismo tipo de estimulación física. A pesar de lo que los adultos suelen creer, para mover los dedos en una pantalla no hace falta una gran habilidad.
Estas consecuencias resaltan la importancia de equilibrar el tiempo que los niños pasan frente a las pantallas con el tiempo dedicado al juego con juguetes, promoviendo un desarrollo más saludable y equilibrado.
Conclusión
Espero que esta reflexión te haya resultado interesante. No me gustaría que nadie se sienta juzgado por mis palabras. Entiendo que la situación es complicada y cada familia hace las cosas lo mejor que puede con las herramientas y recursos de los que dispone.
Me gustaría dejarte unas recomendaciones finales para que busques ideas que puedan interesar a tus personitas y atraerles y retenerles en el juego infantil lo máximo posible.
Déjame tu opinión, dudas y sugerencias en los comentarios.
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Fotos: Pexels.