Hacía tiempo que no escribía análisis literarios de grandes novelas de la literatura universal. En particular, creo que la última la dediqué a Lo que el viento se llevó. Sin embargo, en esta ocasión quiero hacer un análisis literario de La edad de la inocencia. Esta obra, escrita por la autora estadounidense, Edith Wharton, fue publicada en 1920 y al año siguiente ganó el Premio Pulitzer.
No obstante, la obra está ambientada en 1870 y refleja la alta sociedad neoyorkina de finales del siglo XIX. Por lo visto, la autora también pertenecía a la clase aristocrática de Nueva York y comparte una vida a caballo (o en barco, si se me permite el chascarrillo) entre Europa y los Estados Unidos.
Análisis de los personajes de La edad de la inocencia
La obra gira en torno a tres personajes, entre los cuales la autora construye un triángulo romántico. A continuación, voy a desgranar las principales características de cada uno de los personajes principales y la relación que hay entre ellos.
Newland Archer: protagonista de La edad de la inocencia
Se trata del protagonista en esta historia, y por tanto, es quien refleja el conflicto principal. Por un lado, como parte de la sociedad neoyorkina quiere seguir las normas y tradiciones que se han pasado a través de generaciones. Por otra parte, sufre un conflicto interno entre el deber (el cumplimiento hacia su prometida, May Welland) y el deseo hacia la prima de esta, Ellen.
Podemos presencia la evolución del personaje a lo largo de la historia, de una forma curiosa. Su transformación es muy rápida al inicio, por el impacto que tiene en él la forma de ver la vida de la condesa Olenska, la prima de May. Sin embargo, pronto se queda atascado, atrapado por las tradiciones de la alta sociedad y el qué dirán, lo que hará que su relación con la condesa cada vez sea más distante. Finalmente, vemos un último y definitivo cambio en la escena final, cuando ya es demasiado tarde.
May Welland: personaje principal en la trama
May es la prometida de Newland y, por supuesto, miembro de la alta sociedad de Manhattan. Su relación con Newland es pura y casta, como se esperaría de cualquier pareja de la época. Newland, no obstante, ha tenido otras experiencias fuera del matrimonio, como era habitual con los hombres de aquella época, y le maravilla la inocencia de su futura esposa al respecto.
Por tanto, su papel sirve como símbolo de la inocencia y la tradición, y es el que da título a la obra.
No obstante, lejos de ser un personaje plano, May también evoluciona. Una vez es una mujer casada, es la dueña y señora de su casa y ejerce todos los mecanismos de control que tiene a su alcance para lograr sus objetivos. De este modo, el personaje sorprende al lector a lo largo de la historia y deja esa sensación de «Oye, pues no es tan tonta como parecía».
La condesa Ellen Olenska: la tercera en discordia
No hay dos sin tres, y para este triángulo romántico, nada mejor que un personaje totalmente contrapuesto a May. Ellen es su prima, y entre ambas hay una relación de cariño y respeto, aunque Ellen, pronto se dará cuenta de que su familia no está dispuesta a sufrir las consecuencias de sus alocadas decisiones. La condesa Olenska se llama así porque se casó con un conde polaco. Se marchó con él a Europa. Allí por lo visto la hacía infeliz, se intuye que la maltrataba, por lo que ella decide escaparse de su marido y separarse de él.
Esto genera un gran impacto en la sociedad americana, donde el divorcio estaba mal visto y eran en este aspecto (y en otros, por lo que leemos en la novela) mucho más tradicionales que los europeos. Archer defiende desde el inicio que una mujer pueda decidir separarse de su marido si este no la hace feliz y ahí es donde comienza la conexión entre ambos personajes. Aún así, la relación entre ellos no siempre es un camino de rosas, ya que las diferencias culturales y de mentalidades abren abismos entre ambos.
Podemos identificar el papel de Ellen como representante de la libertad y la pasión. Esto, la llevará a dejar involuntariamente un gran impacto en las vidas de quienes la rodean.
Análisis literario de La edad de la inocencia: estructura
No puedo hacer este análisis literario de La edad de la inocencia sin explicar la estructura de la historia. Aviso que a partir de este punto el lector/a puede encontrar spoilers. Siempre digo, que en el caso de los grandes clásicos, conocer el final no le quita interés a la historia, de modo que te animo a seguir leyendo.
«La Edad de la Inocencia» de Edith Wharton se estructura en tres partes que coinciden con la estructura clásica de planteamiento, nudo y desenlace.
El planteamiento de La edad de la inocencia
La novela se abre con una descripción detallada de la alta sociedad neoyorquina, presentando a los personajes principales y estableciendo las normas sociales rígidas que gobiernan sus vidas. Conocemos a Newland Archer, un joven abogado comprometido con May Welland, y su círculo social. Mientras tanto, la misteriosa condesa Ellen Olenska regresa a Nueva York después de un escandaloso divorcio en Europa. Esta sección establece los conflictos y tensiones iniciales que impulsarán la trama.
El nudo de La edad de la inocencia
A continuación, viene el nudo de esta historia. El conflicto emocional de Newland se intensifica a medida que su atracción por Ellen choca con las expectativas y deberes sociales. Se desarrolla un triángulo amoroso implícito entre Newland, May y Ellen, mientras el protagonista lucha por reconciliar sus deseos personales con las exigencias de la sociedad y su compromiso matrimonial. La tensión alcanza su punto máximo cuando Newland debe tomar decisiones que afectarán no solo su vida, sino también la de quienes lo rodean.
El desenlace de La edad de la inocencia
En el desenlace, Newland Archer enfrenta la realidad de sus elecciones. A pesar de su amor por Ellen, opta por mantener las apariencias y cumplir con las expectativas sociales al permanecer con su esposa, May Welland. Por tanto, Ellen, abandona Nueva York y regresa a Europa, sacrificando su amor por Newland por el bienestar de su familia.
La resolución deja una sensación agridulce. Newland se queda con May, pero su corazón yace con Ellen; mientras que Ellen sigue adelante con su vida, resignada a la distancia emocional entre ella y Newland. La novela termina con Newland, décadas más tarde, reflexionando sobre las decisiones que tomó en su juventud, cuestionando si valió la pena.
Esta conclusión ofrece una mirada crítica a las limitaciones impuestas por la sociedad en la búsqueda de la felicidad personal y deja al lector con una sensación de melancolía y contemplación sobre los sacrificios que a menudo se requieren para mantener las apariencias en una sociedad tan estructurada y conservadora.
Análisis literario de La edad de la inocencia: la temática de la novela
La novela de Edith Wharton por tanto, trata temas sociales muy relevantes. Para comenzar, destaca la oposición de tradición y libertad. Vemos también una apología del amor y la pasión, antepuestas al deber y lo socialmente correcto. Otro de los aspectos que la autora resalta es el retrato de los usos y costumbres de la alta sociedad neoyorkina, con detalles específicos. Por ejemplo, vemos la importancia del teatro como lugar de reunión social, o la moda de guardar dos años los trajes comprados en París durante su luna de miel porque los consideraban demasiado modernos.
Si hay algo que llama la atención de esta novela protagonizada por un hombre, es la importancia de las mujeres en su mundo. Son ellas las que dominan, controlan y modelan la vida social de todos, de mismo modo, que lo hacen en sus hogares. Creo, que no en vano, la mano que agarró la pluma es la de una mujer.
Conclusión
Espero que este análisis literario de La edad de la inocencia te haya resultado útil. Puede que no compartas al cien por cien mis puntos de vista, y por ello, te invito a que me dejes tu opinión en los comentarios.
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Fotos: Pexels.